IntegrAMI
Matriz de Evaluación de Diseño de Políticas orientadas a la Integración de la Alfabetización Mediática e Informacional en el Currículum Prescrito de los Países Latinoamericanos
¿Qué es la Alfabetización Mediática e Informacional?
Los medios de comunicación y la tecnología se han convertido en elementos omnipresentes en la vida cotidiana, ejerciendo una influencia significativa en la configuración de nuestra percepción del mundo y en nuestras interacciones con él. En este contexto, la Alfabetización Mediática e Informacional (AMI) se erige como un mecanismo que posibilita formar individuos informados y críticos de los contenidos que consumen, así como agentes activos y responsables en su producción (Tibaldo, 2022). Además, según Erdem et al. (2023), resulta esencial para una participación activa y responsable en la sociedad digital, lo que habilita a los individuos para transformar constructivamente su entorno, y para comprender cabalmente los derechos y las responsabilidades inherentes a los territorios online.
La enseñanza de la AMI implica el desarrollo de la competencia mediática, concebida como un enfoque integrador que reúne competencias diversas, como la audiovisual, informacional y digital (Aguaded et al., 2021). De acuerdo con distintos modelos, la competencia mediática actúa a nivel personal, social y cultural (Kačinová & Sádaba-Chalezquer, 2022), y posee un carácter multidimensional que no se limita al manejo de dispositivos tecnológicos o al acceso a fuentes informativas, sino que incorpora la adquisición de habilidades y conocimientos en dimensiones como los procesos de producción y difusión, los procesos de interacción y la estética (Ferrés & Piscitelli, 2012). En términos prácticos, la AMI puede traducirse en la capacidad de los estudiantes para verificar la veracidad de una noticia viral en redes sociales, analizar críticamente un comercial para identificar estereotipos o crear contenidos que promuevan la conciencia social sobre problemáticas como el cambio climático y otras cuestiones que impactan directamente en sus vidas (Grizzle et al., 2023).
La experiencia de países como Turquía (Untila-Kaplan, 2019) y Finlandia (Palsa & Salomaa, 2020) destaca la necesidad de trascender la mera inclusión de la AMI en los discursos educativos, para implementarla efectivamente mediante una serie de acciones concretas y sostenidas en el tiempo. Esto implica no solo la inserción de la competencia mediática en el currículum, sino también la capacitación de los docentes en esta área, y la promoción de la colaboración entre instituciones educativas, medios de comunicación y otros actores pertinentes (Rojas-Estrada et al., 2023). Además, es crucial un compromiso continuo por parte de los responsables políticos para garantizar que la AMI ocupe un lugar prioritario en la agenda educativa y para asignar los recursos necesarios para su efectiva implementación (Wallis & Buckingham, 2019).
En este conexto, IntegrAMI surge como una herramienta que ofrece a los responsables de políticas y otros actores estratégicos una visión sistemática de los componentes esenciales para integrar la AMI en el currículum prescrito. Estos incluyen no solo los aspectos pedagógicos, sino también la infraestructura, las alianzas estratégicas con otras entidades, y los mecanismos de monitoreo y evaluación necesarios para medir su impacto. De esta manera, IntegrAMI pretende transformar las aspiraciones discursivas en acciones tangibles que generen un cambio significativo en los sistemas educativos de la región.
Según Garro-Rojas (2020), la mayoría de los sistemas educativos en América Latina reconocen la importancia de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) en el aprendizaje y la enseñanza. Sin embargo, los programas gubernamentales en este ámbito tienden a centrarse en el desarrollo de habilidades técnicas, y existe una falta de voluntad política para institucionalizar a la AMI mediante proyectos sistemáticos que busquen su incorporación en el currículo. A pesar de esto, la reciente inclusión explícita de la AMI en el plan de estudios de Uruguay abre oportunidades para comprender cómo se configura esta integración a nivel de habilidades, conocimientos y aptitudes en los programas formativos de la región (Rojas-Estrada & Sánchez-Vilela, 2024).
Es una herramienta analítica estructurada que permite evaluar, organizar y comparar diferentes aspectos relacionados con el diseño y la implementación de políticas públicas. Es particularmente útil para analizar cómo una política se formula y cómo puede implementarse para alcanzar sus objetivos.
01
Diagnóstico
Identificar fortalezas y debilidades en el diseño de una política.
Objetivos:
02
Formulación
Asegurar que las políticas cumplan sus objetivos iniciales y se ajusten a las necesidades del contexto.
03
Toma de decisiones
Proveer una base informada para la formulación o mejora de políticas públicas.
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Responsables de políticas educativas:
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Ministerios de educación y entidades gubernamentales encargadas del diseño, implementación y evaluación de planes curriculares.
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Líderes de políticas públicas interesados en la integración de la AMI en los sistemas educativos.
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Diseñadores curriculares:
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Equipos técnicos responsables de la elaboración y actualización de currículos educativos.
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Consultores educativos que asesoran en la incorporación de nuevos enfoques y competencias en los programas de enseñanza.
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Investigadores y académicos:
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Profesionales que estudian temáticas relacionadas con la AMI.
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Universidades y centros de investigación interesados en evaluar e innovar los procesos de enseñanza.
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Organizaciones de la sociedad civil (OSC):
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Asociaciones involucradas en la promoción de estas temáticas.
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Actores de la sociedad civil que trabajan en iniciativas para fortalecer la relación entre medios, educación y ciudadanía.
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Industrias mediáticas y tecnológicas:
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Empresas interesadas en colaborar con sistemas educativos para promover el uso ético y crítico de los medios y la tecnología.
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